Hubo un tiempo que fue
hermoso.
Entrevista a Anibal Uset, a
40 años de la filmación del mítico film ROCK HASTA QUE SE PONGA EL
SOL
Texto: Daniela Pereyra.
Fotos: Giuliana Trucco
Eran los primeros años de
la década del 70, y el rock Argentino crecía. El Festival B.A.ROCK, organizado
por Daniel Ripoll era la ocasión anual para el encuentro entre los músicos y el
público que buscaba un lugar de contención y expresión artística a la vez que
ideológica y política. Se llevó a cabo en los primeros tres años que abrían la
década, y en su tercera edición, la de 1972 se produce y se filma el primer
documental sobre un recital de rock en Argentina. Hasta que se ponga el sol, estuvo
dirigido por Aníbal Uset y guionado por este, junto a Jorge Álvarez, bajo la
producción de Héctor Olivera y Fernando Ayala.
Cuarenta años después el
realizador del registro que fue el inicio del camino de grandes músicos
nacionales recuerda: “La filmación de la
película coincide con el regreso a nuestro país, de Perón, todavía estaba
Lanusse en el poder. Había una pequeña apertura pero también una enorme
represión. Los pibes del rock eran muy reprimidos en esos años. Eran otros
momentos y se vivía así. En los 60, cuando no se podía nombrar a Perón, eran las
épocas del surgimiento del rock. Y estos chicos se gestaban por sí solos. Había
una difusión pequeña, pero con grupos como Manal y Almendra se llenaban los
lugares, como el teatro Coliseo, el Payró, y hasta el cine Rivadavia. La cosa
crecía a pesar de ser tiempos difíciles. Hubo una explosión bastante grande que
se fue gestando en el tiempo. Cuando se hace esta película, al mismo tiempo se
filman otros importantes films de la época, como Los Traidores, de Raymundo Gleyzer.”
¿Cómo surge la idea de
filmar el documental? “Daniel Ripoll organizó el recital. Era el dueño de
la Revista Pelo, y el padre de la
criatura B.A.ROCK. Él es quien origina el proyecto. Yo no soy un hombre del
rock, soy un hombre surgido del cine, pero venía del rock, era un poco mi gente.
Yo tenía mucha cercanía con ellos. Me perdía en las noches con los primeros
músicos de rock de acá. Recuerdo que nos pusimos de acuerdo con Ripoll,
para que nos autorizaran a entrar
con cámaras y poder hacer la película y fue una experiencia
única.”
B.A.ROCK 1972 se hizo en
las afueras del estadio Argentinos Juniors y la película muestra a los músicos
sobre el escenario con testimonios del público, además de incluir imágenes de
canciones interpretadas en el Teatro Olimpia. Aparecen importantes artistas como
Color Humano, León Gieco, Vox Dei, Gabriela (la primer cantante de rock), Billy
Bond y La Pesada, Claudio Gabis, Orion’s Beethoven, Sui Generis, Litto Nebbia
junto a Domingo Cura, Pappo´s Blues, Pescado Rabioso, y por último Arco Iris.
Las bandas y solistas se suceden y el tratamiento es particular.
Hay una idea detrás del
registro que guió la realización del documental: “Esta película se hizo con dos mangos, sin
sincronismo, nos daban los “puchos” de película que sobraban de las películas de
Jorge Porcel. Era todo muy primitivo, en la parte en que está León Gieco por ejemplo, se ve como se
cruzan todos los cameraman por el escenario.” Se pone en
evidencia la filmación que hace más relevante el encuentro entre los músicos y
el público, los camarógrafos en el escenario que develan el artificio, a la vez
que se genera la sensación de estar ahí, escuchando y sintiendo.
Por
otra parte, en los títulos se menciona a Jorge Álvarez y Aníbal Uset a cargo del
“Argumento”
del
documental. Y es que no se trata de un recital desde un punto de vista, como un
espectador más. Hay inserciones de imágenes de la ciudad que marcan el ritmo de
las canciones, y se juega con la filmación en blanco y negro y a color. Lo referencial le da lugar
a lo ficcional y así se ven pequeños relatos como el que protagonizan los
integrantes de Pescado Rabioso, antes de uno de sus temas, y las imágenes con
ribetes surrealistas cuando suena “Tontos” de Billy Bond y La Pesada. Uset
cuenta en referencia a esta historia:
“con la participación de La Pesada en el film se crea el primer video clip. Era algo que acá
no existía.” Uno
de los músicos recuerda esa experiencia, en palabras de Billy Bond: “ese fue
el primer
video clip argentino, porque todos los grupos tocaron, todo el mundo fue allá y
tocó. Nosotros no, nosotros tocamos e hicimos un clip. Ilustramos, actuamos vestidos de mujeres
y es una cosa súper divertida.”
Esos segmentos, fueron
pensados en conjunto con los músicos, que además se los ve sobre el escenario,
en las salas de grabación o en lugares inesperados como una iglesia, en el caso
de Vox Dei, interpretando las Guerras, de su obra La Biblia. Ezequiel Ábalos, en
su libro Rock de acá 1970 - 75, reconstruye situaciones del film con los testimonios
de los músicos. Black
Amaya quien integraba Pescado Rabioso, aporta: el guión de la escena de Pescado lo arman entre Spinetta,
David Lebon y el chico que hace de
chofer. Yo como vivía colgado de una rama en esa época, no sabía bien lo que
iban a hacer. Lo hicimos en un barrio, no sé si por Martínez, en esas cortadas
que no hay tránsito. Veníamos caminando, y yo no me acordaba para nada qué es lo
que seguía, sabía que venía un auto, que iba a pasar algo, que nos iba a querer
raptar, algo de eso yo entendía en mi locura de esa época, y, bueno, fue así que
quedo esa escena inolvidable donde
David dice: -¿Qué haces, loco? mirá lo que hiciste- y muestra todos los
chinchulines.”
“¿Qué significó aquel festival y esa
película? Fue de una enorme importancia y hoy es un tesoro y un documento de
epoca. León Gieco incluye el
fragmento de su tema “Hombres de Hierro” aún hoy en cada uno de sus recitales, y
el dúo Sui Generis fue conocido y se volvió masivo a partir de esa experiencia.
“Es la lucha de toda una generación para
expresar lo que piensa y lo que quiere, del país y de sí mismo” sintetiza
Ripoll en una pausa de la música, cuando es entrevistado sobre el sentido del
recital.
Rock Hasta que se ponga el sol fue producida por Aries, una importante productora dedicada al cine
industrial y de entretenimiento, pero el valor fue más allá de ese contexto.
Ripoll en la presentación del festival afirmaba: "Es
probable que el cine sea una de las maneras (inconscientes pero no inocentes)
del sistema para deglutir y alisar el movimiento de música popular progresiva,
pero en ese caso, las mismas características tiene la industria del disco, vital
esencia para que los músicos puedan hacer llegar su mensaje y establecer la
comunicación. La batalla del disco ya fue ganada: los músicos graban lo que
quieren y además ganan adeptos. Con esta película, ocurrirá seguramente lo
mismo. Y será un medio más para crecer. Y un miedo más que tendrán los otros al
ver que es imparable". “El valor de la película es el valor de los
músicos que están ahi”, dice Aníbal. El director de “Un idilio de estación”,
“Che, OVNI”, y “El rey de Londres”, recuerda esta película y el festival como
únicos por su mística, por la importancia para el rock, para la cultura y la
sociedad.
Testimonios de Black Amaya y Billy
Bond, extraídos de Rock de Acá 1970-75, de Ezequiel Ábalos. Testimonio de Daniel
Ripoll, extraído de rock.com.ar
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