6 abr 2013

Entrevista exclusiva


Filmar: una aventura extraordinaria

Cinco realizadores con sus óperas primas alimentan la producción cinematográfica nacional. Juan Manuel Brignole con sus fanáticos de Fun People en “Mis sucios tres tonos”, Ariel Martínez Herrera intenta levantar vuelo con “Alas”, Ayi Turzi dirige la investigación cinematográfica en “Y… ¿quién mató al mayordomo?”, Emiliano Romero emerge a la pantalla grande con sus “Topos”, y Andrea Bruno reconstruye la historia en “Un rey para la Patagonia, dirigida por Lucas Turturro. Esos son los nombres de las películas que se van a proyectar en el primer ciclo de la temporada 2013 de La Nave de los Sueños y sus directores hablaron sobre la osadía de hacer cine en la Argentina.  Caminos andados entre escritura, guiones, presupuesto, rodaje, edición, que llevan hasta el esperado estreno para después volver a empezar y recrear la magia de hacer cine, de contar historias.

¿Cómo describirían la situación y la experiencia de hacer cine en la actualidad?
Juan: -Osado no debe ser porque hay mucha gente que lo hace, este año se presentaron 1600 películas al BAFICI, pero hay algo en lo que yo caí durante el rodaje de “Mis sucios tres tonos”: cuando fuimos a filmar a Posadas, había partes que estaban bajo el agua, y lo hicimos en la resaca de todo eso, con cables pasando por abajo del agua, y después uno se da cuenta que es todo medio una locura. Está buena la palabra aventura para definir el rodaje. Depende de cada película, pero la nuestra fue totalmente al margen, parando en casas de familiares, con equipos prestados, las luces las armábamos nosotros. Es todo una aventura y hay que sobrevivir a la primer película. Es una linda experiencia.

Ariel: -Cuando armamos “Alas” no existía la camarita de fotos que filmaba, y el desafío era ver si se podía hacer una película dentro de la facultad. Yo veía a mucha gente con muchas ideas, pero trabados por la financiación. Nuestro proyecto era extracurricular pero éramos todos alumnos de la facultad, estaba enmarcado en un proyecto institucional. El guión lo escribí en tres días, hicimos una reunión con todos los compañeros en septiembre y en diciembre grabamos. Vendimos rifas de una canasta y Navidad cayó en el medio del rodaje porque eran las únicas dos semanas que en la facultad conseguíamos el set. Con las otras películas que estoy escribiendo voy a buscar financiación, porque me interesa un rodaje mas prolijo, y que la gente cobre su trabajo.

Emiliano: - Con “Topos” estuve cinco años buscando financiación, quería hacer mi película y pagar, crear trabajo.

Ayi: -“Y quien mató al mayordomo” se me ocurrió en agosto de un año, y en febrero del año siguiente empezamos a juntar gente que quisiera venir a grabar 15 días sin cobrar y divertirse. Conseguimos una locación en Uruguay y la mayoría del presupuesto, que lo pusimos de nuestro bolsillo, se nos fue en hacer el viaje. Iluminamos con luces de jardín, movimos la cámara con un skate, hacíamos balanceo con una piedra. No conozco un rodaje que no sea eso. No buscamos plata porque la idea era esa, íbamos a divertirnos con amigos, e iba a ser un viaje de egresados en el que estábamos filmando y la pasábamos bien.

Emiliano: -Recomendamos tirarse a la aventura de filmar, pero también a pedir plata al INCAA.

Andrea: - Un rey para la Patagonia es mi ópera prima en cine. En 2006 me encuentro con Lucas Turturro que tenía las latas del trabajo de Fresán y sacamos una quinta vía en el INCAA. En 2008 hicimos la presentación al Instituto, en 2009 nos dan el subsidio, y en 2010 empezamos con los festivales. Nos fue bien en repercusión porque se llenaba la sala, eso fue fundamental, y funcionó mucho el boca en boca.

Caminos subterráneos que espían la luz del día, los topos y la ilusión de otra vida. Rutina conflictiva de la que se trata despegar con las alas en caída libre. El fanatismo y los años de juventud que rasguñan tres sucios tonos. Documentos de un reino inesperado en la Patagonia. Y el género para descubrir la pista de un crimen. ¿Cuál es el motor que los lleva a hacer cine? ¿Cómo se plasma eso en sus películas?
Juan: -Lo que a mi más me gusta es el hecho colectivo de hacer una película, me divierto en los almuerzos, las charlas. La escritura es una cosa colectiva, porque vas hablando y la gente te devuelve cosas. Se genera algo muy de familia en el rodaje, el asistente de dirección es como un hermano. El cine es una energía que no se detiene, se te mete en la cabeza y no para nunca. A fines de la década de los 90 en Posadas no pasaba nada, y el punk rock era como un refugio para mí, por eso, “Mis sucios tres tonos” es casi una película triste, la visión que teníamos del punk rock era salvar una tristeza. Todo eso está en la película, hay momentos de cierre de muchas cosas. Es una aventura.

Emiliano: -Topos tiene mucha influencia del teatro argentino, tiene mucho de la Gambaro,  de Pavlovsky, mucha cosa densa, alegorías y metáforas muy densas. Es una mezcla entre las películas que me gustaban como las de Terry Gilliam y Kusturica con una entraña mas latina.

Ayi: -Todo el equipo del mayordomo ama el cine de género y queremos hacer ese tipo de cine. Es algo que siempre nos interesó y a mi particularmente la comedia. Pero así hubiera o no lugar al género comercialmente y el público esté o no abierto, nosotros seguiríamos haciendo lo mismo.

Ariel: -En nuestro caso, pasó que fuimos al festival de cine de Saladillo, y volvimos inflados de amor por el cine: es gente que hace películas y no tienen material sensible que no sea el corazón. Entonces volvimos y me senté a escribir un guión que se pueda concretar y es una aventura, es osado, arriesgado, y lo recomiendo mucho.

¿Cómo es el proceso para defender y mostrar una ópera prima?
Juan: -La distribución es un momento sumamente importante. La idea cuando uno hace una película es que se vea. Ahora hay muchos cineclubs y lugares autogestionados, donde accedés a un proyector, una pantalla, pasás la película y la ven 100, 200 personas. Eso antes era impensado y ahí se da mucho el cara a cara.

Emiliano: -La estrategia ya existe, se llama “No sólo en cines”, lo organizamos con mucha gente y ya tenemos más de 50 centros culturales en todo el país que están deseosos de pasar películas. Y lo mas importante de todo es que es cortando ticket INCAA. Nosotros ya estamos en diez mil espectadores. “No sólo en cines” nació porque cuando iba a estrenar la película tenía el Artecinema solamente y empezamos a pensar en circuitos alternativos. Recorrí centros culturales hasta que se creó una red. Desde septiembre hasta diciembre hice todos los días funciones alternativas. Y además, en esos lugares tenés el debate con el director, con los actores, bandas que tocan antes, poetas que recitan. Y ahora estamos armando asambleas de directores. Hay una grieta desde adentro.

Ariel: -Hay otro espacio que tiene que ver con ir a encontrarse con la gente.

Emiliano: -Al circuito de centros culturales los espectadores van con ganas de ver tu película, de preguntarte después, es un público con la cabeza abierta, es el mejor.

Andrea: -Uno la camina a la película. El secreto es tener tiempo y caminar, caminar, caminar. Uno hace una historia de vida de esto y te tienen que gustar los proyectos. Es una elección de vida. Si vos abrazás el proyecto y lo llevás con tu vida vas a ser feliz. Yo soy productora y no me pueden venir a tirar abajo, si mi trabajo es crear mundos, es hacer posible lo imposible.

Texto: Daniela Pereyra
Fotos: Giuliana Trucco y José Ludovico
Producción: La Nave de los Sueños

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