30 mar 2016

El cine que pisa fuerte - Entrevista a Luján Loioco, directora de “La niña de tacones amarillos”

El cine que pisa fuerte

Texto: Daniela Pereyra
Fotos: Giuliana Trucco

“Baila, canta, sueña, vuela, libre como el huayra”, como el viento irrumpe Isabel en la plaza de un pueblo enmarcado por montañas. Y al ritmo del huayno “Florcita de la Quebrada” empieza “La niña de tacones amarillos”, ópera prima de Luján Loioco que elige el paisaje de Tumbaya en la provincia de Jujuy para contar una historia que trasciende fronteras. La Nave de los Sueños habló con la directora sobre lo que significa el cine, hacer una ópera prima y la actualidad que se plantea en la película.

Foto: Giuliana Trucco
-¿Cuál es el origen de “La niña de tacones amarillos?
Luján: -Empecé a escribir la historia alrededor de mis veinte años, imaginé una historia que tenía que ver con una chica adolescente, cómo era su día a día, en un pueblito chico, con calor y con la personalidad de querer salir de ahí. Y entonces creé un imaginario, unos personajes, y enseguida salió ella, su madre y un hermano. Al poco tiempo en un viaje por el norte, estábamos con mis amigas en la plaza de Humahuaca y llegó una maestra con un grupo de chicas, que hicieron un baile entre ellas, y me vi en una distancia muy grande con ellas. Y cuando volví, empecé a compartir ideas con Camila, una amiga de la facultad que también es guionista y me ayudó a desenmarañar todo eso que estaba en mi cabeza. Lo que me di cuenta es que lo que estaba tratando de contar era la historia de una chica con una personalidad determinada, que vive en un lugar con determinado código adonde llega un grupo de afuera y por una cuestión cultural y de poder empieza a impregnar con otras normas. Tenía la idea muy fuerte de contar el paso de su madurez y su descubrimiento como mujer, de la mano de interpretar el poder en su belleza, y cómo interpreta un montón de estímulos y de miradas que tienen que ver con la cosificación, que son las mismas que recibí yo en algún punto. Era una verdad que la tenía adentro y que sobre todo en la edad que yo me quería basar, 14, 13 años, es muy violento descubrir que tu cuerpo frente a la sociedad en la que naciste está en peligro. Ese mundillo lo había vivido, lo tenía y por ese lado empezó a armarse la historia.

-¿Por qué elegiste el escenario de Tumbaya para contar la historia?
Luján: -Encontré en Jujuy un lugar con las imágenes que se correspondían con mi imaginario, fue una decisión bastante arbitraria desde el lado creativo, igual cada uno puede hacer el análisis que quiera, pero con ese viaje me quedó la idea de que había un espacio geográfico unido con lo que yo pensaba: el cerro, el pueblo de calor, eran todas cuestiones que yo tenía muy firmes. Unos años después conocí Tumbaya, era el único pueblito que no estaba intervenido por hotelería ni por ferias y lo descubrí como ideal. En la película no hay nombres, y para mí no tiene ninguna verdad documental sobre Jujuy. Es una historia que puede responder a cualquier pueblo latinoamericano y trasciende a cualquier espacio de occidente que tiene la norma capitalista y machista arraigada.

-¿Cómo fue el trabajo desde el guión hasta el rodaje?
Luján: -Fue muy personal, como sucede con muchas óperas primas. Es muy solitario el proceso de ir armando una película en estas condiciones que son las que para mí más se acercan a una libertad de elección. Terminé de armar un proyecto que presenté al concurso Raymundo Gleyzer, del INCAA, quedó suplente y ahí le perdí el miedo a las presentaciones, y a los dos años, con un tratamiento más firme quedé seleccionada para una beca en España de escritura de guión. Presenté el guión al concurso de Ópera prima del Instituto, salió al año siguiente, y ahí empezó otra etapa porque ya tenía la certeza de que la iba a filmar, y se abren otras angustias, y pensás en un equipo, y ahí me encontré con Daniel Werner e hicimos una coproducción. Tacones es una consecuencia de lo que se pudo hacer en todo sentido. El rodaje fueron cuatro semanas, mas dos de previa, y vivimos en el pueblo con la gente. En Tumbaya no hay señal de celular, no hay internet y fue como un shock volver a producir de otra forma, pero también puedo decir que Tacones tuvo mucho más recurso humano que plata, se armó un equipo muy fuerte, porque no tenía el presupuesto óptimo pero si un vínculo y un nivel de talento muy grande. Y el pueblo también operó a favor nuestro en un montón de cosas y hay una paz tan grande que es inevitable que no se te meta, te cambia la energía, te renueva y todo eso hizo que las cosas se resuelvan mucho mejor con las situaciones que teníamos. Son esos vínculos que te quedan y que te dan ganas de volver. Pasaron diez años con un montón de cosas en el medio y hay una persistencia que lo veo con mis compañeros: el que quiere filmar, filma. Y lo que te deja el hacer una película es una enseñanza de desarmar un montón de ideales y la segunda ya la hacés con un camino ya conocido.

-¿Cómo te encontraste con el personaje de Isabel y el resto del casting? 
Luján: -Hicimos un casting en Jujuy con una amiga que era mi segunda de dirección. Y antes de ir a Jujuy yo había visto a Mercedes (Isabel), y me había gustado, tenía una cara que daba mucho pero hacía uno o dos años que estaba viviendo en Capital y yo me quería sacar las ganas de ver a alguien del lugar. Ella es muy suave, una chica con una energía muy linda, es muy amena y en mi imaginario Isabel era mucho más brava, por eso también quería ver más chicas. Y en esos dos días de casting cerré los personajes de la madre, el de José, el de Ojeda, y si bien vi a un montón de chicas, no estaba Isabel, no la veía. Hicimos un segundo casting con Mercedes y el grupo, con la madre y con el hermano y lo hicimos en Jujuy y pegaron muy bien, mas allá de la cuestión física que yo les encuentro en la mirada, conectaron de una manera muy linda los tres. Ya tenía al personaje de Miguel (Manuel Vignau), que es un actorazo, y lo fuimos armando, tuve que sacarme el prejuicio de cómo pensaba que era ese hombre con el cual ella se vincula en la obra. Con él ella utiliza un vínculo demasiado adulto para su edad, hay un intercambio mutuo de deseos y de usos de sus cuerpos. Asique el casting se dio en muy poco tiempo pero fue muy precisa la búsqueda. 




-El personaje de Isabel es muy complejo, por esa transición entre la niñez y la adolescencia, entre lo que quiere y no tiene, y hay un muy buen trabajo para no estigmatizarla
Luján: -Isabel tiene una personalidad en un contexto y por cómo se fue dando en el proceso de escritura y después en la actuación hay una cuestión de no victimizarla, porque todos tenemos miserias y cosas hermosas, y si la victimizaba iba a ser un cuento que no me iba a interesar narrar. Ella tenía el deseo que era suyo y no quería caer en algo moralista. No la puedo hacer responsable de nada. Jamás podría enjuiciar a una chica de 12, 13 años, ¿desde dónde? Y obvio que tiene un impulso sexual y es irreverente porque es lo que nos pasa a todos a los 13 años y el modo en que Mercedes llevó adelante la actuación ayudó porque tiene esa fuerza y a la vez es muy suave y amorosa y todo eso está en la pantalla. 

-¿Cómo se inscribe la película en el actual contexto de violencia de género?
Luján: -La película trata un tema que tiene que ver con el machismo y con la violencia. Pero para mí la lectura es después de que existe la película, no me pasó pensar “quiero hablar sobre este tema y en pos de eso armo una historia”, si no que después que una película o un libro existen hay un subtexto que emana y que puede tener un montón de lecturas que nacen del producto final. Y lo que si siento es que el patriarcado explotó, llegó a un punto máximo de un sometimiento tan voraz que el resultado máximo es que asesinan a una chica cada 30 horas. Hay todo un contexto que avala a un sometimiento, a los golpes y al femicidio, que tiene que con cómo se educa, qué rol se le impone a unos y a otros y eso es lo que realmente nosotros tenemos que modificar. La búsqueda, el debate es por ejemplo hacia el editor, el periodista que saca el titular “Fanática de los boliches”, eso es gravísimo. Entonces esta película como un montón de otras expresiones, el movimiento social de Ni una menos y todo lo que deriva de decir basta y cambiar la forma de educar, forman parte de este momento, y hay toda una lucha feminista que viene de hace muchos años atrás y que te permite mediante un medio o en tu familia o con tu pareja decir yo no lo tolero porque sabés que la voz la tenés. Las actitudes más chiquitas son las que van a hacer que se construya algo más parecido a una libertad y a una igualdad de género. La cuestión de género siempre tuvo que ver con un cuestionamiento mío sobre la libertad, cómo reaccionaría yo si estoy en una situación como la de Isabel y seguramente reaccionaría parecido y hay un montón de cosas que son mías y que se las voy poniendo desde una cosa onírica. 

-¿Qué recorrido hizo la película y cómo sigue después del estreno?
Luján: -El año pasado estuvimos en festivales y tuvimos muchísimas pantallas, se difundió bastante. El estreno siempre llega como dos años después del rodaje, uno ya llega cansado, mas con estas películas que vas haciendo todo a pulmón. Como es todo tan complejo el tema de las pantallas yo estoy haciendo lo máximo que puedo pero lo único que espero es que exista el tiempo suficiente para que la noticia llegue al espectador y para que el que le interese pueda acercarse a verla. A mí me interesa que se vea, que se muestre y construir un público lleva tiempo y voy a buscar todas las pantallas que pueda, no sé cuanto tiempo voy a estar en la cartelera oficial y no me quita el sueño, porque sé que tiene que ver con un montón de condiciones que no son ni mías ni de la película, tienen que ver con el mercado.

-¿Por qué elegiste el cine como modo de expresión?
Luján: -Siempre tengo cosas que se me dan como certezas sin mucho análisis, sé lo que quiero hacer y lo voy armando. Cuando tenía 15, 16 años descubrí que existía dirección de cine, y cuando vi que había una carrera, terminé el colegio y me metí a estudiar, y con mucha certeza. Empecé a estudiar cine y me gustó, me divirtió, en los primeros años tuve como esta idea natural de ser directora y no guionista, porque tenía miedo del talento “dado” y son esas cosas rarísimas que tienen que ver con miedos o inhibiciones que cuanto más te las sacás, mas tenés por narrar. La capacidad, el talento es sacarte una máscara, animarte a algo. Las cárceles que uno se arma en su cabeza son muy fuertes y con el tiempo descubrí que para mí el talento era eso, animarse a narrar, a contar, tener una gran sensibilidad. Y de apoco se fue dando, te sentás y tenés cien mil historias, y la idea es esa, trabajarlas.  


21 ago 2015

Los festivales: el big bang del cine

Los festivales: el big bang del cine
El actual contexto de producción cinematográfica se caracteriza por un escenario con una gran cantidad de películas provenientes de todo el país, a esto se suma la diversidad de formatos: cortos, largos, ficciones, documentales, animaciones; por otro lado, el cine de género continua consolidándose, y se identifica otro fenómeno típico de los últimos años: los festivales de cine. Aislados en un principio, temáticos algunos, regionales otros, pasaron de ser islas a convertirse en una especie de delta: un grupo grande y creciente de productores y gestores culturales en distintos lugares del país van configurando un calendario de la fiesta del cine. Y a partir de ahí, los lazos y vínculos se potencian. Hablamos con quienes llevan adelante este lindo emprendimiento: Silvina Szperling del Festival Internacional de VideodanzaBA, Carla Briasco del Festival Internacional de Cine Independiente de Cosquín y Julio Caloggero del Festival Internacional de Cine/Corto de Tapiales. Los tres forman parte de RAFMA, la Red Argentina de Festivales y Muestras Audiovisuales, junto a más de treinta festivales, que se va a presentar en el marco del ciclo “Vueltas por el Universo” de La Nave de los Sueños.  
La Nave de los Sueños: -¿Cuál es la experiencia personal que los convirtió en gestores de festivales de cine?
Julio Caloggero: -Prácticamente una locura, una pasión por el cine, por mi barrio Tapiales, el querer transformar algo en la comunidad, como dice un amigo: pintar un color y aquí estamos doce años después haciéndolo.
Silvina Szperling: -Yo venía de la danza, mi primer video danza fue un trabajo en el taller que daba Jorge Coscia, hicimos una muestra en el Rojas y se llenó. Y así empezamos el festival en ese lugar.
Carla Briasco: -Tuvo que ver con una cuestión más personal, el vínculo con el cine viene del lado de mi esposo y la productora que tenemos, y el lazo con Cosquín tiene que ver con llevar allá un festival de cine porque es un lugar donde la cultura es importante, y hay espíritu festivalero.
La Nave: -¿A qué se debe la actual cantidad y calidad de festivales de cine?
Julio: -Seguramente esto se debe en primer lugar a que hay personas que ven la importancia que puede tener una oferta cultural como un festival de cine. Y en segundo lugar, por la respuesta que se genera en el público.


Carla: -Hay diversos factores, uno tiene que ver con la cantidad de producción audiovisual y los pocos espacios de proyección. En el afán y la búsqueda de mostrar esas obras que no llegan a tener una pantalla se generan estos espacios que son los festivales y las muestras. Hay diversidad de festivales, desde temáticos hasta por tamaño de producción.
Silvina: -Los festivales que continuan es porque algún eco generaron en su comunidad. Un festival en si mismo tiene que ver con una inserción comunitaria. En Buenos Aires tiene que ver con que las pantallas comerciales tienen esa mayor especificidad que no da cuenta de las necesidades de los espectadores. Nosotros proyectamos materiales que no son los que se proyectan en las salas comerciales, pero hay otros lugares donde directamente no hay salas. Los Espacios INCAA pueden suplir un poco pero tampoco pueden estar en todos lados. Por un lado está la inquietud del que produce de tener una pantalla para su trabajo pero por otro lado está la inquietud del que mira. No es lo mismo el público de salas comerciales y el de salas alternativas. Además, toda la parte formativa que puede tener un festival y que se extiende a la programación, la curaduría, la presentación de las películas, las charlas con los realizadores.
La Nave: -¿En qué sentido un festival como espacio de exhibición se convierte en generador de proyectos de películas? (pensando no sólo en los realizadores que participan, sino también en los propios organizadores del festival)
Julio: -Un festival de cine contagia ganas de hacer, de ver mucho lo que se hace, aprender de eso. Un festival de cine debe ser un puente que conecte a personas, al director con su público, al público con la película, y a directores y productores entre si.
Silvina: -Tenés ganas de hacer gestión porque querés movilizar tu propia obra y por otro lado querés compartir con gente que esté haciendo cosas parecidas. Y generar cosas propias es un buen equilibrio.
Carla: -En mi caso con la película “Tres D”, una ficción documental que habla sobre el festival, y surgió a través de conocer al director que nos trajo la idea. Uno está  abierto a propuestas e ideas que surgen. Tiene que ver con lo colectivo y estar pensando siempre en cómo producir y cómo crear porque desde ahí surge. A la larga se van concretando las ideas que tienen que ver con los encuentros, con llegar al espectador, con mostrar obras y con que el cine está presente y genera ese encuentro.
Silvina: -Lo creativo, tanto haciendo obra como gestión tiene mucho que ver con el diálogo, te vas retroalimentando. No es la idea de una creación en solitario, sino que es en el contacto con la realidad, con el otro.
La Nave: -¿Cuál es el aporte que hacen los festivales de cine? ¿Por qué es necesario que exista una red?
Silvina: -Fue a partir de que Julio Caloggero nos invitó a Tapiales, después se organizó una reunión por parte del Instituto Nacional del Cine y las Artes Audiovisuales (INCAA) en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, y después las reuniones en los cafés, hasta que se llegó a esta idea de red.
Julio: -Una red como RAFMA sirve para potenciar a cada festival, muchas veces el trabajo que muchos realizamos se asemeja y es la experiencia en el campo real de otros compañeros miembros de la red la que ayuda a resolver problemas comunes,
Silvina: -Lo más importante es el apoyo mutuo. Es una red con la idea de que los festivales y muestras que hace años venimos trabajando cada uno en su propio contexto, podamos compartir problemáticas comunes y darnos mutuamente soluciones, información, difusión. También se produce una transferencia de experiencias y conocimiento entre los que vienen trabajando hace mucho tiempo, y nos nutrimos de la energía de los que están comenzando. La red tiene esa posibilidad de la nutrición mutua entre pares, y a nivel territorial también.
Carla: -Yo creo que empieza a haber un hilo conductor entre los festivales, hay muchos en todo el país, entonces se empiezan a nutrir unos entre otros con experiencia, con material, con colaboraciones, y la Red viene a cumplir ese rol tan importante que tiene que ver con lo colectivo, y dar más visibilidad al trabajo que se hace en los festivales. Es necesaria la colaboración, el conocerse y el trabajo en equipo para identificar problemáticas. Ese es uno de los grandes objetivos que tiene la red. Los festivales también tienen la función de crear al espectador. Generamos eso, dar la pantalla y el lugar a la obra, y además le estamos dando el lugar colectivo y de compartir, de mirar, observar, pensar, analizar, charlar y debatir el cine. Esa es una de las cosas más ricas que tienen los festivales y que lo diferencian de una proyección.
Silvina: -Se genera mucha circulación de gente y eso genera transferencia de conocimiento, de experiencias. Es una experiencia comunitaria. En el cine se da un ritual: está todo el mundo viendo algo con pautas culturales de permanecer en silencio, de prestar atención, de desconectarse del mundo exterior y eso no es algo fácil que suceda en la vida cotidiana. Los festivales son movimientos de descentramiento muy buenos.

Daniela Pereyra y Gabriel Patrono
Fotos: Giuliana Trucco





En el marco del ciclo “Vueltas por el Universo” organizado por La Nave de los Sueños, se realizará la presentación y lanzamiento de la Red Argentina de Festivales y Muestras Audiovisuales, el miércoles 26 de agosto a las 19 horas, en el Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional.

29 may 2015

Nuevos despertares del cine argentino




Nuevos despertares del cine argentino

Nota, producción y fotos: Daniela Pereyra, Gabriel Patrono, Daniela Caballero, José Ludovico, Giuliana Trucco, Noelia Soledad Gómez, Agustina Lasagni, Mr Miguelius.




Desde las distintas instancias de la realización cinematográfica, se celebra el presente del cine argentino. Pablo Conde, programador del festival de cine más importante del país, el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata; Eduardo Pinto, director y realizador integral, y Ayar Blasco, desde el mundo de la animación, analizan y festejan la actualidad cinematográfica. Con trayectoria en el mundo audiovisual, los tres nombres comparten experiencias, caminos y porvenires de las historias en imágenes.

Tienen un presente alentador y continúan moviéndose, realizando. Cada uno es una referencia en lo suyo. ¿Qué cosas los motivaron para elegir este camino?
Pablo Conde: En estos últimos años estoy trabajando como programador del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, pero vengo con el cine desde hace mucho tiempo. El objetivo de cada uno de los cineastas es transmitir algo, y mi lugar lo veo en ese espacio, que es el de escribir, recomendar o programar. Soy un recomendador nato. 

Eduardo Pinto: El cine tiene todas las artes juntas, la música, la literatura, la fotografía. Te saca de la realidad, todavía siento esa sensación cuando estoy frente a la pantalla para ver qué universo se va a construir y eso es increíble, la posibilidad de jugar a ser Dios. Construir un mundo siempre comunicando algo y relacionándote con el otro. Yo quería ser baterista de una banda y durante el primer ensayo me di cuenta que era malo. Entonces decidí expresarme en eso que me salía que era la imagen, la idea de filmar, ese era mi lugar y me transformé en un militante de la imagen y del cine. Mis referentes son tipos muy trabajadores. Me acuerdo de haber visto a Leonardo Favio ya grande, y seguía trabajando. Hay que poner la ilusión adelante e ir a buscarla.

Ayar Blasco: Mi participación en el cine se da porque desde muy chico quería transmitir ideas, lo que más me llamaba la atención era que en el cine podés juntar todas las artes y crear un mundo. Es muy completo.


¿Cuál fue el punto de inflexión? 
Pablo: Yo estudié cine en tres escuelas distintas. Coincidí en esa época de los noventa en que hubo una explosión de las escuelas y todos debíamos estudiar cine. El cine es contagioso, es potencia creativa. También me parece que hay algo en el glamour del cine que atrae más que otras expresiones artísticas. Al ser algo social, tiene un disparador piola el juntarse con personas que piensan igual que vos o comparten algunas de tus inquietudes para hacer cosas. El cine es aventurero.

Eduardo: Me acuerdo de estar en la secundaria, en cuarto año, y que un profesor nos habló de Blow-Up, la película de Michelangelo Antonioni. Fue muy fuerte. Por otro lado mi viejo tenía una cámara que la usaba de manera amateur y ese fue mi primer acercamiento.

Viendo que la historia de la cinematografía argentina tuvo momentos de esplendor y decadencia, ¿qué aportó esta generación y qué tiene de distinto?

Pablo: Ahora hay más producción y mayor facilidad, está todo al alcance de la mano y todo creció por una necesidad del público. Antes el acceso para exponer tu arte era más difícil, en el lado audiovisual había uno o dos festivales solamente. Ahora hay una necesidad de que se exhiba el cine de otra forma. Con Youtube y otras plataformas todo se magnifica, se puede llegar a más personas y no es necesario ni siquiera tener un proyector. Lo único que se necesita es mucha más publicidad. Cambió mucho la forma de hacer películas y de entender a los artistas. Hoy uno puede tener un trabajo y desarrollar un arte aparte y creo que cada vez nos censuramos menos, hay menos filtros.

Eduardo: Creo que algo que se destaca de esta generación es que siempre estamos con la fascinación del primer día, no nos detenemos, no somos los típicos creadores que admiramos cuando habíamos empezado, seguimos cercanos a la gente, algo que antes no pasaba, antes veías a los artistas como algo lejano. Somos una generación que late de otro modo.

Pablo: Hoy me llama la atención el cine que me corre de mi lugar, que me hace replantear la cuestión moral, ideológica. Como programador de un festival veo muchísimas cosas que como espectador no elegiría y ahí es donde me sorprendo. Esa es la mejor satisfacción y me pasa más seguido de lo que se supone, y de repente te pega algo que viste, te persigue por varios días. Esa pregnancia del cine es muy fuerte.

Eduardo: Creo que es más participativo. Cambiamos la manera de pensar el cine, en especial del rol del director, donde antes lo veíamos como un ser superior, intelectual e inalcanzable. Desacartonamos al cine, no somos más ese típico personaje. Le pusimos rock a la cosa, le dimos cultura pop, tenemos otras fuentes, se rompió esa estructura intocable del director. Empezamos a contar otras historias, otros personajes y de maneras distintas a las que se venían haciendo.

Pablo: Se desacralizó eso que contaba Eduardo. Ahora hay una horizontalidad en los equipos de trabajo. 

Ayar: Ahora, además, tenés más competencia y para imponer lo tuyo tenés que trabajar mucho. Hoy, el cine independiente tiene más fuerza y salieron a la luz voces que antes no se veían. Hay una proliferación de lo autoral.


El disfrute y la pasión por lo que hacen los coloca también en el otro “lado” de la imagen, ¿qué buscan en el cine como espectadores? 
Ayar: Cuando voy al cine tengo que divertirme, aprender y sorprenderme. Eso es lo que yo busqué siempre. Desde el punto de vista de creador estas características no pueden faltar. Y sigo sorprendiéndome muy seguido a pesar de ser cada vez más exigente. 

Pablo: Yo le exijo al material a ver que sea honesto, que no sea pretencioso, que no quiera agradar o encajar en ciertos espacios, que no esté pensado para impactar en algún lugar determinado.

Eduardo: Me gusta sumarme al viaje, busco conectarme con la película, bajar los pensamientos y que la marea me lleve a donde quiera, sin pensar tanto o maquinar estrategias. Creo que el nuevo cambio va a ser diferente. Nosotros somos posiblemente la última generación que se sienta exclusivamente a ver algo. Hoy vas al cine y ves que los chicos no pueden despegarse de sus celulares, y no es algo malo o bueno. Es diferente, los estímulos son distintos, el multitasking es otra forma de vivir la realidad. Se entiende el cine y el arte desde otro lado. 


¿Qué potencialidades ven en el cine argentino? 

Eduardo: La presencia del género en el cine argentino de los últimos años me parece algo muy bueno y es algo que ya no se discute. El género está presente, antes era todo muy contemplativo y era muy chato el cine que se producía acá. También noto que hay mucha presencia del resto del país, hoy es más federal, se cuentan historias que marcan otras miradas y con problemáticas que salen de las historias que afectan sólo a la ciudad de Buenos Aires. Cambió todo pero el lenguaje cinematográfico sigue funcionando. 

Ayar: Veo que está proliferando la comedia, por fuera de los lugares habituales. Eso me parece muy valioso, que apostemos a una diversidad.

Pablo: Hay muchas más propuestas. Al festival donde trabajo llegan cada vez más películas nacionales, el año pasado llegaron más de cien, que implican mucho esfuerzo humano. Hay proliferación de festivales, donde muchos se alimentan sólo de cine nacional, y por todo el país, donde se promueve un cine que no se vería de otra forma. Lo que buscamos es que más gente participe y más gente tenga acceso a estos nuevos lenguajes y voces. Y en general veo al cine como un disfrute.

18 may 2015

Entrevista a Emiliano Romero


La imaginación en movimiento

Texto: Daniela Pereyra - Fotos: Giuliana Trucco



Llega a la pantalla grande la última realización del cineasta Emiliano Romero, un documental que recuerda vida y obra de Sarah Bianchi, gran titiritera argentina.

“Imaginá todas las cosas distintas que uno ha hecho en 60 años”, Sarah Bianchi mira a cámara, y con esa voz áspera y la mirada dulce invita a pensar en cada una de las palabras de esa frase. Imaginar, hacer distinto, vivir. Del otro lado de la cámara está Emiliano Romero, realizador del documental que trae el corazón de una de las titiriteras más importantes del país. Sarah fundó el Museo Argentino del Títere junto con su compañera, Mane Bernardo y desde ese escenario trabajaron y crearon. Esta película lleva su obra al primer plano, y a conocerla cuando cae el telón. Hablamos con el director, que luego del gran mundo subterráneo de “Topos” estrena con “Sarah” su primer largometraje documental.

-¿Cómo conociste a Sarah Bianchi y cómo surge la idea de hacer este documental?
 -Este es un proyecto de hace diez años. Yo no conocía a Sarah hasta tres meses antes de empezar a filmar, y mi viejo que es director de teatro fue quien me la presentó. En ese momento yo tenía 23 años, me junté con ella, fui al Museo del Títere, y me invitó a su casa, porque era como una amiga, no se creía la genia de los títeres, ni del arte. Era una mina que le encantaba juntarse con sus amigos a comer, estaba todo el tiempo con el pucho, y nos juntábamos y charlábamos de cine, y de las cosas que nos gustaban. Ella en ese momento tenía 87 años y tuvo muy buena onda conmigo y al conocerla dije que algo tenía que hacer, me quedó dando vueltas en la cabeza. En ese momento yo estaba viendo muchos documentales de Raymond Depardon, que es un documentalista de observación, estaba muy copado y Fernando Lockett, que un groso de la fotografía, hizo la foto. Ella estaba por empezar a ensayar su último espectáculo de títeres para adultos y le pregunté si podía seguirla unos días, y terminamos yendo todos los días durante cinco meses. Así le empezamos a encontrar la vuelta a filmar sin cortar, y cuando  terminaba el día anotábamos las cosas copadas que habían pasado, y eso nos sirvió un montón en el montaje. La película tiene secuencias de mucho suspenso, muy irrisorias, que fueron parte de la realidad, y ahí con la montajista Valeria Racioppi, metimos mano, elipsamos cosas a propósito para que sean más potentes, contrastamos, fuimos de un tiempo a otro. Y Sarah en cuanto la empezamos a seguir, empezó a abrirse y después ya éramos amigos. 

-¿Aceptó enseguida ser la protagonista de un documental?
 -Aceptó de una, y también nos echó algunas veces. Por ejemplo la seguimos hasta un locutorio y Fer se mete con ella en la cabina, y lo mira y le dice, ¡salí de acá! De todas formas, empezamos a filmarla, hicimos un primer corte que lo vimos con ella y se emocionó mucho. Entendió que había una búsqueda narrativa, y cuando falleció nos bajoneamos todos.

-¿Cómo fue el trabajo posterior, cuando te reencontraste con el material? ¿Cómo fue la reconstrucción?
 -Yo hice “Topos” y “No sólo en cines” que fue mucho laburo. Y diez años después dije tengo que terminar esto. Cuando retomamos nos pusimos con Valeria a ver lo que habíamos editado y empezamos a rehacer sobre esa base. Nos cayeron un montón de fichas en la reedición. Teníamos que hacer que la gente que vaya a ver la película sienta que estuvo con Sarah. Que sientan que eso era ella: todas las veces que se enojaba, cuando se nos escapaba, las veces que subía las escaleras a buscar un títere y te decía “lo encontré”. El trailer que armé pensé que era mejor mostrarla agarrando cosas, moviéndose, ella era así todo el tiempo, no se podía quedar quieta.

Y aquel titiritero/de voz aguardentosa/nos daba la función”reza el tango Marionetas, y como quien hace de una profesión su pasión, Sarah invitaba al teatro de títeres tanto a chicos como a grandes. Artista plástica nacida en 1922, le dio vida a su arte. Puso la imaginación en movimiento, caras y gestos.¿Qué es lo que ella hacía con los títeres, cómo se transmite eso en el documental?
 -Sarah tenía títeres desde el '44, y desde el momento en que los armaba, eran como hijos para ella. Para la obra “Y por qué no Bagdad Cafe?” desempolvó títeres que no usaba hacía un montón. Nos emocionábamos mucho, porque de repente venía con una caja y sacaba un títere y decía, “éste lo usé cuando nos quemaron el taller en el Cervantes, durante la dictadura, pero a diez los salvamos”. Hacían el ensayo, terminaban y era increíble, agarraba un títere, lo miraba y decía, “te voy a llevar a casa, te voy a arreglar, te voy a cuidar”, y se daba vuelta y decía, “en frente está la comisaría, no se que van a decir cuando pase con esto”. Tenía mucho humor y era una mina súper abierta, pasó toda su vida con su compañera y siempre peléandola. En los últimos años la reconocieron con el premio María Guerrero a la trayectoria, pero nunca la apoyaron. Lo que tiene el documental es que había muchas cosas para contar, pero ya hay un libro sobre Sarah, escrito por ella y Mane que habla de toda su historia, y entonces preferí hacer lo que no está en el libro, contar los detalles, cómo le hablaba al títere, cómo se enojaba, cómo se esforzaba. Tenía 90 años y ensayaba siete veces por semana.

-¿Qué posibilidades de crear y de volar te permitió este documental?
 -Nosotros empezamos con la montajista a armar núcleos en la edición en los que sabíamos que había una historia, lo que identificábamos como un mini cuento dentro del documental, no queríamos que sea descriptivo. También agarramos todo el inicio del espectáculo que fue lo primero que ensayaron, la primer comunicación que tuvieron entre la actriz, con ella, la directora, y el resto de los titiriteros; y era muy divertido porque la hicieron 1500 veces. Para mí, como director, los vuelos que tengo son siempre apoyados en cuentos, en líneas dramáticas.

Sarah contagiaba vida a cada una de sus creaciones. Emiliano lleva el cine como una parte suya y late con mas fuerza en cada proyección. Con “No sólo en cines”, configuró una red de exhibición y difusión del cine nacional. El movimiento invita y contagia, como cada paso de Sarah y sus personajes.

-Desde que conocí a Sarah, y vi como trabajaba, la energía que ponía y su manera de pensar, el hecho de ir con un objetivo contra distintas cosas y romper paredes, eso influyó mucho en mi vida. Yo cambié por conocerla y creo que ver el documental te cambia un poco, ver como alguien tan grande y con tanta trayectoria la peleaba siempre. Una película se hace con o sin apoyo y la vamos a pasar en los centros culturales, porque el éxito es pasarla bien. Que se vea de nuevo a Sarah, que todos la conozcan, y hacer que otros la pasen bien, ese es el éxito.



“Sarah” de Emiliano Romero se podrá ver el martes 19 de mayo dentro del ciclo “Superficies de Placer” organizado por La Nave de los Sueños en el Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional, con entrada libre y gratuita.



SUPERFICIES DE PLACER: NUEVO CICLO

SUPERFICIES DE PLACER: NUEVO CICLO



Celebración del cine argentino
Cine independiente y de autor 
Décima temporada
Mayo  – Julio 2015 | 19 hs.
Auditorio Jorge Luis Borges 

ENTRADA LIBRE Y GRATUITA 


¡La emoción nos abraza! Estamos contentos y seguimos celebrando diez temporadas consecutivas de este querido ciclo. El cine nacional emerge a través de todas las formas de producción y abordaje. Para dar cuenta de esta diversidad y del crecimiento de los últimos años, realizamos una programación que es un fresco de la situación actual. El festejo incluye una nutrida cantidad de óperas prima en calidad de preestrenos y la presentación de los nuevos trabajos de realizadores consagrados.

Staff: Daniela Pereyra, Gabriel Patrono, Daniela Caballero, José Ludovico, Giuliana Trucco, Noelia Soledad Gómez, Agustina Lasagni, Mr Miguelius.

Programación:

19 de mayo. Preestreno
Sarah, de Emiliano Romero (2015)

26 de mayo. Presentación
Gamboa Films. Muestra de Found Footage con obras de Paulo Pécora, Ernesto Baca, Paola Michaels, Alan Santamaría, Jeff Zorrilla, Alejandra Almirón, Belimar Román y Mauricio Palacios Chaer.
Estreno de Círculo, videoarte de Eduardo Pinto.

2 de junio. Presentación
Club del Súper 8
Auditorio David Viñas del Museo del libro y de la lengua

9 de junio. Preestreno
Cumbia la Reina, de Pablo Coronel (2015).

16 de junio. Función especial: La pesada del DOC
Pequeña Babilonia, de Hernán Moyano (2014).

23 de junio. Función especial: La pesada del DOC
Relámpago en la oscuridad, de Germán Fernández y Pablo Montlau (2014).

30 de junio
Reimon, de Rodrigo Moreno (2015).

7 de julio. Preestreno
Ciudadano Piria, de Gustavo Mendoza (2014)


PRIMERA FUNCIÓN:
19 de mayo. Preestreno: Sarah, de Emiliano Romero 

Sarah Bianchi (1922-2010) es una prócer del teatro y los títeres. Desde 1944, junto a su compañera Mané Bernardo, fomentó el títere en la Argentina, montando sus espectáculos, escribiendo obras, luchando por llevar adelante su arte frente a los obstáculos de las últimas siete décadas.
Una vida rica en emociones que siguió en esplendor hasta el final de sus días. Sarah fue distinguida como ciudadana ilustre de la ciudad de Buenos Aires y ganadora de todos los premios honoríficos existentes por su inmensa trayectoria.
“Cuando la conocí quedé maravillado con su energía. Cuando me decidí a realizar el documental, me di cuenta que la mejor manera de mostrar su trabajo, era viviéndolo junto a ella. Quise seguirla con la cámara durante muchos meses, mientras ensayaba y montaba un espectáculo de títeres para adultos. Vincular la cámara con el paso de su tiempo. Así llegamos a grabar muchos días con la consigna de encontrar en lo cotidiano, los momentos mágicos que expresen la particularidad de su creación artística.”  Emiliano Romero

Ficha técnica
Producción y Dirección: Emiliano Romero. Fotografía: Fernando Lockett. Sonido Directo: Javier Cantero. Montaje: Valeria Racioppi. Posproducción de Sonido: Fernando Gallucci y Renato Alvarado Plaza. Producción Ejecutiva: Rosario Palma.


Emiliano Romero es director, guionista y productor. Graduado en la Universidad del Cine. Realizó más de 80 cortometrajes. Su primer largometraje, Topos, se estrenó en 2012. Compitió en más de 150 festivales. Ganó 39 premios internacionales. Fundó el circuito de exhibición No Solo En Cines y la Academia Argentina de Actuación para Cine. Integra el grupo teatral Sucede.

www.emilianoromero.com.ar

15 mar 2015

Entrevista: Una casa con diez pinos

Una casa con diez pinos: 
Realizadores de la escena actual repasan los últimos diez años y encaran el futuro audiovisual del país.



Nota: Daniela Pereyra y Gabriel Patrono. Fotos: Giuliana Trucco. Producción: Noelia Soledad Gómez, José Ludovico, Mr Miguelius, Daniela Caballero, Leandro Frías.

Cada periodo de tiempo espera por su repaso y evaluación. El cine argentino no escapa a esa condición histórica. La Nave de los Sueños cumple diez temporadas de exhibición junto a la Biblioteca Nacional, y los protagonistas de este nuevo año se juntaron para pensar la situación actual, como resultado de este camino y el que se abre para muchos años más. Georgina Barreiro con “Ícaros” sobrevuela historias de misticismo y espacios distantes, Federico Sosa contagia con la amistad y el rock barrial en “Yo sé que lo que envenena”, Gabriel Grieco apuesta fuerte al cine de género con “Naturaleza Muerta” y Andrés Borghi, aterriza  en la pantalla con su mayor apuesta artística, “Nacido para morir”. Primeros pasos para algunos y consolidación para otros dan cuenta de la prepotencia de trabajo y el gran momento de producción en el cine nacional. 

Teniendo en cuenta los últimos diez años, ¿cuáles son las características de la situación actual para hacer cine en la Argentina?

Georgina Barreiro: -Yo formo parte de una productora, Puente Films. Somos  amigos y cada uno ya tiene una película propia. Es como una cadena, cuando el primero hizo una película, te das cuenta que se puede. Y cada película tiene una manera muy diferente, desde la temática hasta cómo se hizo, o la distribución; cada una es mundo muy particular. No hay una receta. Y también es importante entender cómo avanzó la tecnología y saber que se puede filmar una película incluso con cámaras de fotos. También hay muchos más festivales en el mundo, y eso me motiva pensar que donde sea, la gente la va a ver. Nuestras películas en algún lado se van viendo, se están moviendo, van encontrando su camino. El INCAA cumple un rol fundamental. Todas nuestras películas tuvieron apoyo del Instituto y eso en otras partes no pasa.

Federico Sosa: -El INCAA da lugar a mucha gente. Con la quinta vía que es para documental por ejemplo, eso no existe en otras partes, y es muy importante lo que hace a nivel de subsidios y apoyos.

Georgina Barreiro: - Eso te impulsa. Sea en ficción o documental, lo que importa es que la vas a poder hacer, y que después se puede ir por una segunda película y seguir creciendo.

Andrés Borghi: -Es una conjunción de muchas cosas. Y una de ellas tiene que ver con que la tecnología se volvió más accesible y con muchos menos recursos económicos hoy podes hacer cosas con buenos resultados. Nuestras películas se ven mejor que las que hacíamos antes. Otra, es que cada vez somos más, y vamos ayudándonos unos a otros, y eso hace que todo se vuelva más fácil. Por otro lado, la práctica siempre te hace mejorar, que uno ayude al otro también hace que el otro filme un poquito mejor, y todo se va perfeccionando, como en una “colonia de hormigas”. 

Gabriel Grieco: -Lo bueno de este momento es que hay muchísimas películas. Es el mejor momento en la Argentina para la producción. Lo que le falta es que haya una promoción mayor, que la gente se entere. Acá hay mucha gente que viene del under y que está acostumbrada a pasar por todos los roles, editar, hacer asistencia de dirección. Tenemos muchas en contra y cuesta mucho, pero también todo lo bueno, y mucha pasión.

Federico Sosa: -Y la situación del país también ayuda. Hace diez años yo trabajaba en mantenimiento catorce horas por días y hoy estoy más tranquilo. Eso sumado a las nuevas tecnologías da un contexto. En mi caso también fue ponerme a estudiar, estudiar y en un momento querer hacer la película. Y están buenísimo todos los espacios como este, donde promueven. Sabes que la vas a poder exhibir.

Andrés Borghi: -para mí está buenísimo como va abriéndose todo pero esto recién empieza. Hasta que logremos un buen cine fantástico que se mantenga, todavía falta; es un poco joven aún, y está bueno que siga teniendo fuerza para que no decaiga.

¿Qué es lo que les hizo pensar que iban a poder escribir, hacer y terminar la película?

Federico Sosa: -Uno es medio inconsciente, y para encarar estas cosas tenes que estar medio loco. Por otro lado, yo hice muchos cortos y cumplieron sus objetivos, eso te da fuerza. Y también viendo lo que se hace alrededor, te hace ver que se puede. Yo admiro mucho a los que hacen cine de género y de terror, a los chicos de FARSA, que trabajan y se apoyan mucho. Eso te hace pensar que vos también podes. 

Gabriel Grieco: -Está cambiando la concepción de que nuestro cine es malo, la gente confía, hay más apoyo desde el Estado. Eso hace que haya más producción, y que uno vaya aprendiendo. Y tiene que ver con cambiar la mentalidad de la gente, que el público confíe en las películas argentinas y que los productores confíen en otros cines nuevos que pueden surgir. 

¿Sigue siendo un riesgo grande, un salto al vacío el hacer una película? 

Andrés Borghi: -Depende de casa caso. Mi última película fue totalmente autogestionada y en un punto pienso que no quiero volver a hacer las cosas así, porque es un esfuerzo muy grande, pero pasa un tiempo y ya empiezo de nuevo con otro proyecto. Uno va aprendiendo. Al principio podes pensar que todo es fácil y querés hacer todos los roles solo pero con el tiempo te das cuenta que necesitas de mucha gente, un buen guionista,  un buen director de fotografía, actores. No podes hacer todo sólo.

¿Qué es lo que falta para que esta situación se consolide?

Federico Sosa: -lo que falta es mejorar las cuestiones de la exhibición. Hay mucha fuerza puesta en la producción que es muy importante y están  los espacios INCAA y todo el circuito alternativo y no mucho más. Después tenés que salir a pelear con “Titanic” y es muy difícil.

¿Siguen haciendo las películas pensando en la sala de cine o en otras plataformas?

Federico Sosa: -Yo pienso que las películas están hechas para ser pasadas en una sala de cine. Las nuevas plataformas, internet es muy bueno, pero le falta el intercambio con el público. Yo me crie en la sala de cine, en los cineclub, lo de las nuevas plataformas es inevitable, pero yo sigo pensando románticamente.

Andrés Borghi: -Ves una película en el celular y está bien, pero claramente no es lo mismo que verla en una pantalla grande, con todo el sonido, y la oscuridad. Pero es complicado pensar así. Y también depende del proyecto, hay producciones que están pensadas para internet. Estoy tan poco acostumbrado a que se vea en pantalla grande que me cuesta pensar así.  

Es difícil y cuesta arriba, pero se arriesga y se hace mucho ¿qué es lo que los motiva?

Georgina Barreiro: -A mí me encanta filmar. Mi proyecto surgió con un interés muy personal, por un camino mío, y tenía ganas de contar ese mundo, y contra eso no podes ir.

Federico Sosa: -Yo quiero hacer películas desde antes que tuviera la posibilidad de estudiar cine. Me preguntaron a los 14 años que quería ser cuando sea grande y yo pensé que quería hacer películas, y es como una decantación de muchas cosas.

Andrés Borghi: -Y también pasa que la gente te dice que le gusta lo que haces y eso también mueve. Te da mucha fuerza ver que lo que vas produciendo genera interés.

Federico Sosa: -Una de las motivaciones que tengo para hacer cine es rechazar siempre  lo que está de moda, lo convencional, eso me hace pensar en que no se cuentan determinadas historias, y son esas las que quiero hacer.

Andrés Borghi: -Es divertido ver que se dio una apertura hacia el cine fantástico que es lo mío. Hay una especie de carrera para ver quién de todos los que estamos en esto logra algo importante. Es una competencia sana y cualquiera que lo logre, sea Grieco, De la Vega, o Pares, sabemos que abre el camino para todos los demás.

Gabriel Grieco: -En el cine de género pasa eso. Es gente que está contenta y está esperando la película del otro. Y lo que motiva es hacer, hacer y hacer. Empecé a trabajar  desde chico, y hasta dirigir muchas veces pasas por todas las áreas, asistencia, edición, cámara, hacer cortos, videos, publicidad y aprender haciendo de todo, me parece que no hay otra. 

Andrés Borghi: -Estudiante de cine vas a ser siempre!

Gabriel Grieco: -Hacer todo lo que puedas y aprender de las equivocaciones. Lo bueno de estar en la independencia es eso mismo, la libertad. Y la diferencia lo hace tener una buena idea y trabajar mucho.

Gerogina Barreiro: - A mí me pasa que pienso en escenas, incluso mientras estoy haciendo otras actividades, siempre estoy pensando en el cine.
Andrés Borghi: -Lo importantes es tener un sueño y lograr hacerlo, Si te gusta mucho, es algo que no podes abandonar.

Georgina Barreiro: -Es inevitable!



1 mar 2015

Nuevo Ciclo 2015: UN MAÑANA

La Biblioteca Nacional y La Nave de los Sueños presentan:




UN MAÑANA: Celebración del cine argentino

Cine independiente y de autor 
Décima temporada

Marzo  – Mayo 2015 | 19 hs.
Auditorio Jorge Luis Borges 

ENTRADA LIBRE Y GRATUITA


Damos la bienvenida a una flamante temporada de este querido ciclo con un núcleo de contundentes propuestas seleccionadas entre la enorme producción actual. Celebramos un momento histórico para el cine argentino. Nos alientan los resultados de muchos años de trabajo sostenido en el fortalecimiento del sector audiovisual, la federalización en la producción, una saludable renovación generacional, la proyección internacional de nuestras películas y la creciente cantidad de óperas primas, que anualmente crece.

Un mañana es un deseo esperanzado para la cinematografía local. Y es también el modo en que damos la bienvenida a la temporada número diez de esta propuesta conjunta entre la Biblioteca Nacional y La Nave de los Sueños.

Semanalmente nos reuniremos para reanudar el ritual y compartir esta pasión. Los invitamos a disfrutar de las nuevas poéticas y discursos del cine actual y conocer las ideas y motivaciones de sus protagonistas. Seguiremos  apostando al trabajo de las nuevas generaciones y rendir merecidos homenajes a los maestros.


Programación

17 de marzo. Apertura del ciclo y preestreno
Yo sé lo que envenena, de Federico Sosa (2014)

31 de marzo. Preestreno
Nacido para morir, de Andrés Borghi (2014)

7 de abril. Preestreno 
Icaros, de Georgina Barreiro (2014)

14 de abril
Al fin del mundo, de Franca González (2014)

21 de abril. Homenaje 
Sola en Purmamarca, de Carolina Zarzoso Paoloni (2014)

28 de abril. Preestreno
S.C. Recortes de prensa, de Oriana Castro y Nicolás Martínez Zemborain (2014)

5 de mayo
Naturaleza muerta, de Gabriel Grieco (2014)

12 de mayo
La vida de alguien, de Ezequiel Acuña (2014)




En la apertura de cada función se realizará un diálogo con el equipo técnico y artístico de las películas, coordinado por integrantes de La Nave de los Sueños.

Staff: Daniela Pereyra, Gabriel Patrono, Daniela Caballero, José Ludovico, Giuliana Trucco, Noelia Soledad Gómez, Mr Miguelius. Prensa: Leandro Frías.

Agradecimientos: a  los realizadores y productores que confiaron sus trabajos en estas diez temporadas. A Fabio Ríos, Cris Zurutuza, Reina Escofet, Hernán Panessi, Nacho Perotti, La Tribu, Videoflims, Espacio cultural Hola Loyola, Pablo Barilati, Laura Casabé, Alina Ramos Madero, Gala Caccione.